“Hanami” o la vida es una cereza en flor
No teneís que viajar a Japón para ver las flores de cerezo “sakura” y disfrutar del “hanami”, la tradición de observar las flores haciendo un picnic. En Berlín también es posible ver este corto pero maravilloso espectáculo de la naturaleza – gracias a la caída del muro y sus relictos. Porque vale tanto pena verlo y lo que nos dice sobre nuestra vida y mortalidad. (La version alemana sigue aquí.)
Hanami – un poco de Japón en Berlín
Cuándo comienza la primavera en la capital alemana lo último que viene a la cabeza son cerezos japoneses (Prunus serrulata) en flor. Sin embargo cada año aquí y ahora también se celebra el “hanami” – allí donde antes la gente murió por la libertad.
Gracias a la estación de televisión japonesa TV Asahi en el que se mostraban imágenes de la caída del muro – Berlineses de ambos lados bailando sobre el muro juntos a la Puerta de Brandenburgo y abrazándose – sus telespectadores donaron casi un millón de euros.
Con este dinero más que 9000 cerezos japoneses encontraron una nueva patria, muchos de ellos a lo largo de la antigua franja de la muerte del muro, lo que lleva el nombre de: “El camino del Muro” o “Mauerweg”. Los primeros árboles fueron plantados el añõ de 1990 en uno de los sitios más simbólicos, en el “Glienicker Brücke“. Este puente está reconocido como el “Puente de los espías” por los intercambios importantes de agentes secretos durante la Guerra Fría. Más que 1000 árboles se plantaron también en Lichterfelde Süd, donde se celebra el festival del hanami, cada año el último domingo de abril.
Cerezos japoneses son verdaderamente algo muy especial. Florecen solamente una vez al año, desde mediados de abril por menos de dos semanas. De pronto el fragrante olor de los cerezos en flor impregna los lugares urbanos por lo demás gris y rica en emisiones gaseosas. Durante ese instante muchas partes de la antigua franja de muerte se cubren en rosa. Es más bonito que un sueño.
Sakura – ¿una magia sin sentido?
Pero el tiempo de la floración es corto. Entonces la magia terminó ni siquiera los árboles dan frutas. ¿Qué sentido profundo puede tener ese divertimiento de la naturaleza para el mundo?
Esos árboles representan mucho más que la reunificación alemana. En la cultura japonesa, la flor del cerezo (sakura) representa la belleza y la pureza de la vida así como su fugacidad y el renacimiento como un nuevo comienzo. La vida de cada uno en la tierra parece a una flor de cerezo: florecemos solo un momento.
Nada puede crecer para siempre. Sin invierno no habrá primavera. Así no habrá vida sin muerte. No hay sí sin no, no hay realidad sin sueños. Así pues, todo es transformación perpetua. Hasta “lo inconsolable es alegre” como rima el poeta alemana Christoph Meckel en su poema sobre la primavera “Buen tiempo” (“Schöne Zeit”). Incluso la antigua franja de la muerte se convirtió en un mágico lugar, lleno de vida y alegría.
Achtung! La amistad es una planta…
El escritor austríaco Alfred Polgar (1873 – 1955) supo:
La amistad
No es una planta útil,
Sino una planta ornamental.
Mi mejor amigo español, más hermano que amigo, floreció literalmente como un cerezo muy especial y precioso. A lo largo de su corta vida nos regaló sus flores de amistad incondicional y su presencia.
Ahora un héroe terminó su misión aquí en la tierra. Parece que unos de sus pétalos quisieran volar hasta sus propios sueños. Pero eso será otra historia…
Gracias, amigo mío. Descansa en paz durante ese viaje de transformación.